Una boda llena de amor, familia y carnaval
La historia de Mónica y Fran comenzó en su adolescencia, y con los años se convirtió en un vínculo sólido y lleno de amor. Fruto de esa relación llegó Marina, su pequeña hija, quien con tan solo dos añitos fue la acompañante más especial en el día en que sus padres sellaron su unión.
La ceremonia civil se celebró en el mismo salón donde más tarde tendría lugar el convite, creando un ambiente cálido e íntimo. Las lecturas de familiares y amigos cercanos llenaron el momento de emoción y significado.
Como gran sorpresa, Fran, amante del carnaval como Mónica, organizó una actuación especial de un grupo de carnavales que hizo vibrar a los asistentes con su arte y alegría. La ceremonia incluyó además el rito de la arena, símbolo de la unión de sus vidas y su familia.
La celebración continuó en la Hacienda de Medina, con una mágica cena al aire libre en el patio de la hacienda, bajo las estrellas de una cálida noche de julio. Lola Catering fue el encargado de deleitar a los invitados con un banquete excepcional, añadiendo aún más magia a esta noche especial.